miércoles, 23 de junio de 2010

¿Épico?

Para que un elemento se convierta en épico, a mi entender, es necesario que contenga ciertos elementos propios del estilo, como por ejemplo el héroe (en el sentido clásico de la palabra); las referencias divinas, que varían de acuerdo a la religión que de momento se trate en el texto; las hazañas que el héroe realiza, aparentemente imposibles pero que son llevadas a cabo con buen término; y en última instancia la transformación del héroe por medio del camino que le ha tocado recorrer, de forma que tácitamente es declarado apto para continuar con su camino personal (en el caso de odiseo, regresar a su casa, en el caso de Jesucristo sería iniciar su magisterio en la Tierra).

FICHA

Obra: El paraíso recobrado

Autor: John Milton

Tema: La puesta a prueba por parte de Satán de la fe de Jesucristo

Argumento mínimo: El hijo de Dios, del que se ha profetizado que salvará al mundo, se aleja de sus iguales y pasa 40 días en el desierto. Durante este tiempo, Satán, el gran Adversario, dispuesto a perder al hombre de una vez y para siempre, culminando lo que empezó en El paraíso perdido, se le presenta y lo tienta con tres pruebas para probar su fe. Jesucristo sale vencedor del encuentro, y luego de una comida celestial, se dirige tranquilamente a casa de su madre.

Metro: Pentámetro

Rima: No

Extensión: 2.069 versos

Estructura: Dividido en 4 libros o cantos. El libro I trata de la tentación del hambre, los libros II y III de las tentaciones de la gula, la riqueza y el poder. En el libro IV Satán invita a Jesús a tentar a Dios, arrojándose desde lo alto del templo.

Primeros versos en su lengua original:

I, WHO erewhile the happy Garden sung

By one man's disobedience lost, now sing

Recovered Paradise to all mankind,

By one man's firm obedience fully tried

Through all temptation, and the Tempter foiled

In all his wiles, defeated and repulsed,

And Eden raised in the waste Wilderness.

Héroe(s) principal(es): Jesucristo, el hijo de Dios.

Antagonistas: Satán, ángel caído.

Antihéroe:

Hazaña: Convertirse en el salvador de la humanidad. Resistir las pruebas que Satán le pone.

Personajes femeninos destacados: Ninguno.

Intervención divina: Libro IV. Después de derrotar a satán, Jesucristo recibe un banquete celestial.

Textos con los que está relacionado: El paraíso perdido.

El autor es reconocible y se muestra: Sí, especialmente al principio cuando el mismo hace referencia a su trabajo pasado.

Narrador (tipo): Omnisciente y mantiene la narración todo el relato.

Elementos destacables: El hecho de que, basándose en la religión cristiana, Milton decide que el momento en el que realmente se recupera el paraíso radica en el tiempo en que fue puesta a prueba la fe de Jesucristo, hecho que según la Biblia ocurre antes de que este inicie su magisterio en la Tierra.

The Cantos, Ezra Pound

Obra:Los Cantares o The Cantos, de Ezra Pound

Tema: Una reestructuración, recreación lírica de la evolución histórico-poética de la humanidad

Argumento mínimo: Los Cantares no tienen un argumento definido y delimitado, de sus 120 poemas (llamados cantos), algunos son historias o escrito que tienen relación entre sí y el resto son simplemente reflexiones, observaciones, memorias y exhortaciones. Es una epopeya, así que es un viaje, pero a través de la historia. Pound pensó en los Cantares como una nueva representación de la Divina Comedia pero no de una manera lineal, aunque los primeros Cantos son una especie de descenso a los infiernos (el primer canto narra la preparación de Odiseo antes de descender al Inframundo)

Rima: Verso blancos, en su mayoría.

Extensión: 120 poemas o cantares.

Estructura: 120 poemas o cantares.

Primeros versos en su lengua original:
And then went down to the ship,
Set keel to breakers, forth on the godly sea, and
We set up mast and sail on tha swart ship,
Bore sheep aboard her, and our bodies also
Heavy with weeping, so winds from sternward
Bore us out onward with bellying canvas,
Circe's this craft, the trim-coifed goddess.
Héroe(s) principal(es): No hay realmente un héroe; quizá el hombre, la humanidad, pero no hay un solo héroe específico. Sin embargo, en los Cantos Pound nombre a personajes como Odiseo, John Adams, Mussolini, Confucio y otros, personajes de otros libros, personas de su entorno o figuras intelectuales contemporáneas y clásicas.
Intervención divina: Dependiendo del canto, por mención.

Textos con los que está relacionado: En los cantos, Pound hace referencia a muchísimos libros o incluso hace críticas o comentarios sobre ello,(por ejemplo, la Odisea, que figura en el primer Canto)

El autor es reconocible y se muestra: Sí, especialmente en los Cantos que parecen ser comentarios o memorias

Narrador (tipo): El narrador cambia constantemente entre Cantos o en los cantos mismos, aunque quizá prevalezca el omnisciente

martes, 22 de junio de 2010

Lo epico.

Dentro del ambito de la literatura tendremos como épica, en primer lugar, a aquellos textos escritos en verso que relatan hechos de un pasado heroico, que cumple con un papel fundador de la cultura. Lo épico nos refiere a una hazaña, un logro, un evento, con un significado y valor representativo para una cultura.
De igual manera se constituye la épica culta pero presenta algunas particularidades. A diferencias de la épica clásica popular, la épica culta se centra en la lectura privada, en oposición a ser narradas de manera pública por rapsodas. Así mismo, los poemas de épica culta presentan a un autor particular, evidente en el texto por su estilo, mientras la épica popular tienda a ser anónima o de autoría colectiva.
Obra: Endimión
Autor: John Keats. Poeta inglés. 1975- 1821.
Tema: se basa en el mito griego de Endimión, el joven pastor que enamoró a la luna, cuya forma mitológica es Selene.
Argumento mínimo: en la mitología griega Endimión era un hermoso pastor, rey o cazador de
Asia Menor. Era tan hermoso que Selene, la diosa de la luna , le pidió a Zeus que le concediese vida eterna para que nunca la dejase. Zeus lo bendijo otorgándole un sueño eterno. Otra de las leyendas es que Diana se enamora de Endimión. Keats, realiza mayor énfasis en el amor de Endimión por Diana que el de ésta por él. A pesar del amor que Endimión siente por Diana le es infiel a la diosa lunar, ya que se enamora de una doncella india. Keats reelabora el mito de Endimión hasta el punto de crear un nuevo nombre para Selene y llamarla Cynthia. El poema narra el desamor de Endimión y la búsqueda de la belleza.
Metro: pareado heroico o pentámetro heroico
Rima: Sí. AA BB CC
Estructura: un prefacio y cuatro libros.
Primeros versos en su lengua original:
A thing of beauty is a joy for ever:
Its loveliness increases; it will never
Pass into nothingness; but still will keep
A bower quiet for us, and a sleep
Full of sweet dreams, and health, and quiet breathing.
Therefore, on every morrow, are we wreathing
A flowery band to bind us to the earth,
Spite of despondence, of the inhuman dearth(...).
Héroe(s) principal(es): Endimión
Antagonistas: No hay.
Hazaña: el Endimión de Keats es un texto realmente curioso y particular. No existe una batalla épica. No está representado un ideal heroico definido. Por el contrario, vemos a un personaje que se encuentra soñando en sueños y cuya mayor batalla es en contra de sí mismo, debido al amor que siente por Diana/Cynthia. El héroe de Keats es un amante de la belleza y quizás su mayor batalla es construir una basta alegoría sobre el destino del amante de la belleza en el mundo.
Intervención divina: hay diversas intervenciones divinas a lo largo del poema. Por ejemplo, Júpiter, Pan, el dios de los campos, Diana y la misma Selene.
Texto con los que está relacionados: el mito griego de Endimión y Selene. Sin embargo, hay una cantidad considerable de referencias literarias: Chaucer, Homero y Shakespeare entre otros.
Narrador (tipo): omnisciente.
El autor es reconocible y se muestra: No.
Elementos destacables: encontramos versos de un lirismo único, que sin duda alguna podrían formar un poema a parte debido a la riqueza de las imágenes. La referencias a Chaucer (quizás imitando el planteamiento de Dante de colocar a Virgilio como guía), así como las que encontramos de Julieta ( Shakespeare), como símbolo de un amor desdichado. Alejandro Magno, Ulises etc., etc., etc. Son elementos que destacan en la obra de Keats, ya que vemos plasmado todo el trabajo de reelaboración de modelos anteriores.
Algunos versos:

La noche esparcirá en la húmeda yerba miradas de lánguidas hojas, y con ellas moriré, pues no duele mucho morir cuando el verano muere en el césped frío. (LibroIV)

Pero, ¿por qué esto? ¿Qué importa, aunque el búho volara
alrededor del mástil del gran almirante ateniense?
¿ qué importa, aunque Alejandro sobrepasara
a los indios con sus tropas de macedonios?
( Libro II)

domingo, 20 de junio de 2010

Ficha

Obra: La Dragontea
Autor: Félix Lope de Vega Carpio
Tema: Aventuras piratescas y muerte del corsario inglés Francisco Draque (Sir Francis Drake)
Argumento mínimo: La codicia visita a Francisco Draque en sueños, animandolo a seguir con sus empresas de corsario. Después de obtener el permiso de la reina, Draque se dirige a las colonias españolas que se encuentran en el nuevo mundo para robar sus riquezas, empezando por Panamá. Las fuerza españolas se movilizan para combatir a Draque y a su armada. Tras una serie de derrotas devastadoras, miembros de la tripulación de Draque deciden envenenarlo. Draque muere a manos no de Don Diego Suárez Amaya, principal héroe de la armada española, sino a manos de sus propios hombres. Con la muerte del dragón inglés, Don Thomas Basbile ocupa su lugar, pero es rápidamente vencido por el español Don Alonso de Sotomayor. Los inglese se ven forzados a retirarse, y los españoles pueden retomar el control de sus colonias. La religión cristiana agradece a Dios por la derrota de Draque y los herejes protestantes y el triunfo de España y la fe verdadera.
Metro: Octava real
Rima: Sí. ABABABCC
Estructura: Diez cantos.
Primeros versos en su lengua original:
Canto las armas y el león famoso
que al atrevido inglés detuvo el paso,
aquel nuevo argonauta prodigioso
que espanto las estrellas del ocaso.
Canto el esfuerzo y brazo belicoso
de un español en tan difícil caso,
que en la furia mayor de su discurso
detuvo como rémora su curso.
Héroe(s) principal(es): Beltrán de Castro, Sancho Pardo Osorio, Don Pedro Tello, Don Diego Suárez de Amaya, Don Alonso de Sotomayor, Negros de Santiago del Príncipe (Don Luis de Mozambique, Ialonga)
Antagonistas: Francisco Draque, Juan Achines, Thomas Basbile.
Hazaña: Derrotar las poderosas fuerzas de la armada inglesa.
Intervención divina: La religión cristiana se manifiesta al principio y al final del poema, pero no interviene de forma directa en las acciones o batallas (a pesar del fuerte tono religioso).
Texto con los que está relacionados: La Araucana.
Narrador (tipo): Omnisciente
El autor es reconocible y se muestra: Sí. Canto VIII "Tiempo vendrá que cante en otra lira, con otro plectro, si lo quiere el cielo"
Elementos destacables: El protagonista de este poema épico, Francisco Draque, es un personaje antagónico. El texto está construido alrededor de un personaje que puede ser catalogado como un villano. A pesar de ser constanemente asociado con la maldad y con lo inmoral, Draque se muestra como un personaje heroico y valiente, e incluso vulnerable, mucho más interesante que los mismos héroes españoles.

Ficha


Obra: El Paraíso Perdido

Tema: La caída del hombre de la gracia de Dios: la tentación de Adán y Eva por el ángel caído Satanás y la expulsión del jardín del Edén por su desobediencia.

Argumento mínimo: Desterrados de los cielos por su traición a Dios, Satanás y los otros ángeles caídos se encuentran en las profundidades del infierno. Se congregan para decidir entre tres opciones el plan de acción a seguir; resignarse, volver a atacar el cielo o, alternativa propuesta por Satanás, vengarse de Dios mediante la perdición del Hombre. Deciden por la tercera vía y Satanás decide ir solo a buscar al hombre, saliendo del infierno a través la puerta custodiada por la muerte y el pecado, hace camino por el caos hasta el cielo y finalmente consigue el mundo. Dios se percata de esto y pronostica la caída del hombre. En el jardín del Edén Adán y Eva son visitados por Rafael para advertirle de los peligros que los acechan. El ángel relata la lucha contra Satanás, la creación del mundo y la naturaleza de los cuerpos celestes. Adán le cuenta al ángel el recuerdo de su propia creación y la de Eva. El ángel Rafael se retira advirtiendo de nuevo a Adán de los peligros. La mañana siguiente, Satanás regresa a la tierra y toma la forma de una serpiente. Adán y Eva discuten si hacer su labores juntos o separados. Se separan. Eva se encuentra con la serpiente que la alaba. La serpiente convence a Eva de comer el fruto del árbol prohibido. Eva como la fruta y cuando Adán la encuentra, come también. Los ángeles protectores del Edén avisan en el cielo de lo ocurrido y Dios manda al hijo a castigar a la serpiente, Adán y Eva. Estos últimos son expulsados del Edén por Miguel quien además les cuenta los eventos que ocurrirán (extraídos del antiguo testamento) hasta la encarnación, muerte y resurrección del hijo de Dios)

Metro: Verso heroico. Decasílabos yámbicos.

Rima: Sin rima, verso blanco.

Extensión: 10567 decasílabos.

Estructura: Dividido en 12 libros o cantos.

Primeros versos en su lengua original:

Of man’s first disobedience and the fruit
Of that forbidden tree, whose mortal taste
Brought death into the world and all our woe,
With loss of Eden, till one greater Man
Restore us and regain the blissful seat,
Sing, heavenly muse that on the secret top

Héroe(s) principal(es): Los arcángeles Miguel, Gabriel, Abdiel y Rafael, el Hijo de Dios, Adán y Eva

Antagonistas: Satanás.

Hazaña: Podemos considerar dos: el intento de Satanás por escapar los infiernos y el sacrificio de Adán (comer la fruta para compartir el destino de Eva)

Personajes femeninos destacados: Eva, primera mujer, esposa de Adán. Tentada por la serpiente es la primera en comer la fruta del árbol prohibido.

Intervención divina: Durante todo el poema. Las fuerzas antagónicas del infierno y el cielo luchando en todo momento. Dios todo lo conoce. Los ángeles advierten al hombre de los peligros. Satanás causa la perdición.

Textos con los que está relacionado: Ilíada, Odisea, Divina Comedia y La Reina de las Hadas.

El autor es reconocible y se muestra: Sí. Podemos notar la intervención del autor en los primeros versos de los cantos I, VI y IX. Especialmente en el último podemos notar la voz del autor exponiendo su pensamiento acerca de los poemas épicos, la razón del tema en su poema y el proceso de su realización.

Narrador (tipo): Omnisciente y mantiene la narración casi todo el relato. Toma la voz de Rafael y Adán para narrar eventos ocurridos anteriormente.

Elementos destacables: Milton, en El paraíso perdido, retoma una de las historias fundamentales de la cultura cristiana, la creación del hombre y su destierro del Edén, la actualiza y le da forma de poema épico. Milton se basa en la teología cristiana para realizar su poema, pero al final es la visión única del autor con respecto a los asuntos religioso lo que sobresale.

lunes, 7 de junio de 2010

FICHA

Obra: Elegías de varones ilustres de indias.
Autor: Juan de Castellanos.
Tema: Inicios de la conquista en América, enfocada en Venezuela y Colombia- siglo XVI.
Argumento mínimo: Es el momento de colonización y conquista en Venezuela y Colombia por parte de los españoles. Ellos tratan de crear una sociedad organizada delimitando las nuevas tierras y luchando con los indígenas para adueñarse de las mismas, los bárbaros, en oportunidades ganan, pero en momentos corren con mala suerte ya que los españoles tienen armas más potentes y los hace más fuertes para seguir quedándose con las nuevas tierras. Sin embargo, entre los mismos españoles había ansias de poder y se traicionan entre ellos, como el caso de Lope de Aguirre que se alza contra la misma colonia española y da fe que él no le sirve al rey sino a sus propios principios y arremete con lo que sea, con lo que se consiga a su paso y más si no está a su favor, hasta que le hacen una celada y lo matan porque estaba causando muchos problemas a los que le servían realmente al rey.

Metro: Octava real –ABABABCC- (estilo italiano).
Rima: Sí.
Extensión: Más de 14 mil versos.
Estructura: Se divide en cuatro partes. La primera parte, que fue la estudiada para la exposición cuenta con una división interna de 14 elegías y cada una de ellas cuenta con una subdivisión en cantos, aproximadamente de 6 a 7 cantos por cada elegía. En la segunda parte narra las cuatro primeras elegías trata sobre la Conquista de Venezuela por parte de los alemanes y españoles. La tercera y cuarta parte trata sobre la conquista del reino de Nueva Granada- Cartagena, Popayán, Santa Fé Tunja y Veléz.

Primeros versos en su lengua original:
A cantos elegiacos levanto
Con débiles acentos voz anciana
Bien como blanco cisne que con canto
Su muerte soleniza ya cercana:
No ponen mis amigos con espanto.
Por no lo comenzar mas de mañana
Pues suelen diferir buenos intentos
Mil varios y diversos corrimientos.

Héroes principales: Cristóbal Colón, Diego de Ordás, Antonio Sedeño, Agustín Delgado, Alonso de Herrera, Jerónimo Ortal, Gonzalo de Ocampo, Pedro de Ursúa, don Fernando, Lorenzo de Salduendo, Juan Rodríguez de Suárez, Diego García, Lope de Aguirre, Jacques de Soria, Baucunar, Maruaná,
Antagonistas: Lope de Aguirre, Jacques de Soria, Baucunar y otras tribus indígenas
Hazaña: Poblar y conquistar las nuevas tierras descubiertas, a su vez la búsqueda codiciosa por el dorado.
Personajes femeninos destacados: Doña Inés, Catalina de Rojas, Ana de Rojas, la hija de Lope de Aguirre y las Amazonas (indias guerreras).
Intervención divina: No
Textos con los que está relacionado: Ilíada, Eneida, Orlando Furioso, Araucana.
El autor es reconocible y se muestra en el texto: Sí. “Yo solía posar en una casa/ que bien cercana fué de la marina,/ do vivía Pero Ruiz Barrasa/ y su mujer Beatriz de Medina:/ tenía por delante plaza rasa. /E viendo yo henderse cierta esquina, / a grandes voces dije: Fuera, fuera, que ya caen las rejas y maderas. (Pág. 118) Se dice que para el tiempo de conquista Juan de Castellanos estaba entre 1538 y 1542 en Venezuela, participando en las conquistas de nuevas tierras.
Narrador tipo: Narrador omnisciente y testigo.
Elementos destacables: Más que un obra literaria por su forma escrita en verso, Elegías de varones ilustres es una obra de carácter histórico donde se narra lo que acontecía en época de la conquista, realzando los valores de los españoles y también sin dejar a un lado la gallardía que tenían lo indios para defender sus tierras. No obstante, el paisaje natural también impedía la facilidad de los conquistadores por la búsqueda de población alimentos y riquezas. Se destaca también, el hecho de servirle al rey de España y a Dios, con la llegada de los franciscanos empieza el momento de evangelización.

lunes, 24 de mayo de 2010

Ficha que deben completar

Como modelo les dejo un resumen de Eneida bajo estos criterios: Tema.Argumento mínimo. Metro. Rima. Extensión. Estructura. Primeros versos en lengua original. Héroes principales. Antagonistas. Antihéroe. Hazaña. Personajes femeninos destacados. Intervención divina. Textos con los que está relacionado. El autor es reconocible y se muestra. Narrador (tipo). Elementos destacables.

Tema: El origen mitológico de la fundación del imperio romano y de la gens Iulia.
Argumento mínimo: El troyano Eneas huye guiado por los dioses ante la promesa de que de sus descendientes surgirá una nueva Troya. Tras un largo periplo lleno de sacrificios, Eneas llegará a la tierra prometida que gobierna el rey Latino. Sin embargo, la unión de los pueblos que darán como resultado a Roma no es tan sencilla: Eneas junto con los troyanos que lo acompañan deberá luchar contra los algunos de los pueblos vecinos para conseguir quedarse en tierras itálicas y crear una nueva dinastía.

Metro: Hexámetro dactílico
Rima: No
Extensión: Casi diez mil hexámetros
Estructura: Dividido en 12 libros o cantos. Los primeros 6 establecen un diálogo con la Odisea, los últimos 6 con la Ilíada.
Primeros versos en su lengua original:
arma virumque cano, Troiae qui primus ab oris
Italiam fato profugus Laviniaque venit
litora, multum ille et terris iactatus et alto
vi superum, saevae memorem Iunonis ob iram,
multa quoque et bello passus, dum conderet urbem
inferretque deos Latio; genus unde
Albanique patres atque altae moenia Romae.

Héroe(s) principal(es): Eneas, Palante, Turno. Anquises y Ascanio padre e hijo de Eneas respectivamente.
Antagonistas: Turno, rey de los rútulos
Antihéroe:
Hazaña: Cumplir el deseo de los dioses de llevar la estirpe troyana al Lacio.
Personajes femeninos destacados: Dido, reina de Cartago. Se suicida al ser abandonada por Eneas. Camila, guerrera virgen que apoya a Turno. Sibila de Cumas. Lavinia, antigua prometida de Turno y ahora de Eneas.
Intervención divina: Permanente. En especial de Venus, madre de Eneas.  
Textos con los que está relacionado: Ilíada, Odisea y Argonáuticas.
El autor es reconocible y se muestra: Sí. Especialmente en el proemio: “Yo soy aquel que modulé canciones pastoriles /al son de mi delgado caramillo…”. Sin embargo, algunos filólogos dudan de si efectivamente Virgilio compuso los cuatro primeros hexámetros iniciales de prólogo e invocación.
Narrador (tipo): Omnisciente y mantiene la narración casi todo el relato. Entre los cantos II y IV la narración está en boca del propio Eneas.
Elementos destacables: Es dificil exagerar la importancia de este texto en la literatura de Occidente. Lleno de imágenes poderosas y modelo literario indispensable por muchos siglos. Presenta un héroe piadoso, un héroe preocupado por la familia y por cumplir con los dioses. 



Johnson sobre la épica en su introducción a Milton

By the general consent of critics the first praise of genius is due to the writer of an epic poem, as it requires an assemblage of all the powers which are singly sufficient for other compositions. Poetry is the art of uniting pleasure with truth, by calling imagination to the help of reason. Epic poetry undertakes to teach the most important truths by the most pleasing precepts, and therefore relates some great event in the most affecting manner. History must supply the writer with the rudiments of narration, which he must improve and exalt by a nobler art, must animate by dramatic energy, and diversify by retrospection and anticipation; morality must teach him the exact bounds and different shades of vice and virtue; from policy and the practice of life he has to learn the discriminations of character and the tendency of the passions, either single or combined; and physiology must supply him with illustrations and images. To put these materials to poetical use is required an imagination capable of painting nature and realizing fiction. Nor is he yet a poet till he has attained the whole extension of his language, distinguished all the delicacies of phrase, and all the colors of words, and learned to adjust their different sounds to all the varieties of metrical modulation.
Pueden ver el texto completo acerca de Milton en:

viernes, 26 de marzo de 2010

Èpica y epopeya

¿Cuántas veces no hemos escuchado en el noticiero deportivo: los dos equipos clasificados libraron una batalla épica hasta que sólo uno resultó el vencedor? Hoy en día la palabra épica todavía está presente en nuestro vocabulario. Es sinónimo de batalla, competencia, disputa y grandeza. El término lo heredamos de los griegos y era utilizado para designar a la poesía hablada o recitada ( tradición oral) . En la épica popular o tradicional se cantaban las hazañas de los héroes. Por ejemplo, la Ilíada canta la cólera del guerrero aqueo Aquiles en la guerra de Troya. Petrie en su libro "Introducción al estudio de Grecia", señala que la Ilíada es la epopeya de la guerra de Troya, la cólera de Aquiles y la muerte de Héctor. Mientras que la Odisea es la epopeya del "nostos", el regreso de Odiseo a su tierra Ítaca. Ambos héroes griegos deben librar batallas épicas. La Eneida es la gran épica de la fundación del pueblo romano y es llamada épica culta, porque a diferencia de la épica tradicional o popular (Ilíada y Odisea), no provenía de la tradición oral, sino que era una obra pensada, trabajada y por encargo.

miércoles, 17 de marzo de 2010

"Eneas en el Tíber" de Alejandro Oliveros

Publicado originalmente en: http://prodavinci.com/2010/01/19/eneas-en-el-tiber/


Copiamos aquí el hermoso ensayo de Alejandro Oliveros que nos habla del singular viaje de Eneas.


Eneas en el Tíber
Que Eneas no era un hombre de mar, como Ulises, lo sabemos desde el principio. Desde la misma aparición del héroe virgiliano en las páginas de la Eneida. Ante la espantosa tormenta desatada por Eolo para complacer a la tan implacable Juno, esposa y hermana de Júpiter, por parte de Cronos-Saturno, nuestro personaje expresa un temor sólo comparable al del Duque de Medina Sidonia, cuando, por insensatas órdenes del rey prudente Felipe II, se tuvo que encargar de la suerte de la Armada Invencible, él, que con toda su grandeza, se mareaba a la sola vista del agitado Atlántico. Eneas, por su parte, tiembla ante el inminente desarreglo de los elementos, el inquietante “frigore membra”.
Inquietante porque a este sobreviviente último de la aristocracia troyana, se le ha encargado ponerse a la cabeza de un itinerario marino. Y lo menos que le pedimos a un hombre con tan delicada responsabilidad es la serenidad. Un atributo que, entre tantas torpezas, debemos reconocerle a Edward J. Smith, infortunado comandante del Titanic. El mantuano cuenta, y canta, de esta manera, el terror del hijo de Anquises ante la perspectiva de hacerse a la mar agitada y devoradora de altas naves y esforzados hombres:
Un frío repentino afloja los miembros de Eneas, exhala un gemido y,
tendiendo las manos los astros, exclama de esta suerte: ‘!Una y
mil veces bienaventurados a quienes tocó morir a la vista de sus
padres, bajo los altos muros de Troya! ¡Oh, hijo de tideo, el más
valiente de la raza de los dánaos, que no haya yo podido caer en
los campos ilíacos y por tu mano derramar mi alma allí donde
yace el fiero Héctor, derribado por la lanza del Eácida, donde
yace el gigante Sarpedón, donde el Simosis arrastra revueltos
bajo sus ondas tantos escudos y tantos yelmos de tantos cuerpos
cuerpos valerosos de héroes.
Aunque no dejaba de tener razón Eneas. Porque el temporal diezmó su flota de la misma manera que el duque de Medina Sidonia, inmortalizado por Cervantes en un soneto implacable, vio perderse a la pobre Invencible en los diversos mares que rodean las islas británicas. Y es que, como he dicho, ni Eneas ni Medina eran hombres de mar. Y, en ambos casos, el océano se da en ellos como fatalidad. Como destino que hubieran preferido evitar. Y es que ni Troya es Grecia, ni España la pérfida Albión, pródigas ambas en lobos de las saladas aguas, como Sir Walter Raleigh. Y como Ulises. Quien enfrentó a no menos tormentosas aguas. En su caso no es el pintoresco Eolo quien lo adversa. El itacense tiene como enemigo a no otro que a Poseidón, rey de las aguas marinas temible. Pero es que Ulises es un hombre de mar. Aunque se pueda esgrimir, no sin ligereza, que lo que ansiaba era pisar tierra, regresar a su isla, a su palacio tomado, a una Penélope envejecida y a un indócil Telémaco. Se puede recordar que nunca quiso ir a Troya, que fue el último que se embarcó y que hasta trató de hacerse el loco para evitarlo.
Leen poco y mal los que así discurren. Ulises no desconfía en aquel momento de la partida, de la travesía por el vinoso ponto. Desconfía, con razón, de unos planes guerreros que tenían como objetivo el rescate de la esquivosa mujer de Menelao que se había ido a Troya con Paris por su propia voluntad. El laertíada tiene que haber admirado los formidables muros de Troya en alguna de sus travesía por el Mediterráneo griego, y contemplado sus altas torres, aquellas “topless towers of Illium” cantadas por un contemporáneo de Shakespeare, el irresponsable Christopher Marlowe. Claro que sabía de Troya y de allí su desconfianza. Pero más desconfiaba de Helena, a la que seguramente conoció en alguno de los banquetes en el palacio del Atrida. Y si no la conoció antes de la caída de Troya la conoció después. Como cuenta, y canta, Kazantzakis en su moderna Odisea, donde se reseña la segunda, y última, salida de Ulises a la aventura. Y de cómo en este segundo periplo post-Itaca, se detuvo primeramente en Lacedemonia y fue recibido por Menéalo en su palacio, de donde sacó, a oscuras, esta vez sí secuestrada, a una aburrida Helena confiada en nuevas aventuras con el más aventurero de los héroes. Lo que desconocía la ligera hermana de Clitemnestra era que Ulises la mantendría amarrada en cubierta, hasta dejarla, como regalo a los cretenses, objeto del desprecio de Kazantzakis. Todo esto lo cuenta el formidable escritor griego en los 44.000 hexámetros de su Odisea. Pero no fue el autor de Zorba, el único que se encargó de reseñar las nuevas navegaciones de Ulises. Conocemos de lo poco que nos queda del ciclo épico, fragmentos como el de la Telemaquíada donde se registra un final esperado para el viejo lobo de mar y señor de Ítaca. En busca de su hijo, se hace de nuevo a la mar hasta llegar a las playas de Circe, de doradas trenzas y encontrarla amancebada con Telémaco, en un desplazamiento que habría encantado a Freud. En un ingrato enfrentamiento, el hijo dio muerte al marino infinito. Que el destino de Ulises era el mar y sus riberas, y que no se corría ni se le sacaba su broncíneo cuerpo, lo va a reseñar también el dante en su viaje a las profundidades. En el canto XXVI de su Inferno, se encuentras los visitantes con un espacio encendido, donde se destaca una llama doble y “Lo maggior corno della fiamma antica/ cominciò a crollarsi mormurando/pur comme quella cui vento affatica”. Y lo que dice esta llama más alta, es cosa de maravillas, uno de los relatos más deslumbrantes y reveladores de la literatura occidental. Como lo reconoció, en sus días de Auschwitz, el italiano Primo Levi y lo relata en el mejor de sus libros. Me voy a permitir reproducir lo que dice “il maggior cor”, la flama más alta, que es la de Ulises, porque la otra, la pequeña, como se sabe, es la de Diomedes:
Cuando libre de Circe, la inhumana,
que más de un año en Gaeta me retuvo,
do antes de Eneas era soberana,
ni el cariño por mi hijo me contuvo,
ni de mi viejo padre la ternura,
ni el amor de Penélope me abstuvo,
de correr por doquiera a la ventura,
por conocer el mundo como experto
y al hombre con sus vicios y cultura.
Lancéme sin temor al mar abierto,
con solo un leño, y tuve por compañía
pocos hombres, más todos de concierto.
Vi las costas del mar hasta la España,
en Marruecos, y en la isla de los sardos,
y las comarcas que en contorno baña.
Mis compañeros, viejos y ya tardos,
cual yo también, llegamos al estrecho
donde Hércules plantó firmes resguardos
para marcar al hombre fatal trecho;
Ceuta dejé a un lado a la partida,
y Sevilla quedó por el derecho.
Hermanos, que entre riesgos sin medida,
tocáis el extremo de occidente,
en la corta vigilia de la vida,
aprovechad la fuerza remanente!
No os privéis de la máxima experiencia
de hallar en pos del sol mundo sin gente.
De noble estirpe es vuestro ser esencia:
para alcanzar virtud habéis nacido
y no a vivir cual brutos sin conciencia.
De lo mío el ánimo aguerrido
esta arenga conforta y su osadía
nadie, ni yo, la hubiera contenido.
La popa vuelta a donde nace el día,
en alas locas vueltas nuestros remos,
vamos a la izquierda siempre en nuestra ví.
Del otro polo, las estrellas vemos
en la noche, y abajo no aparecen
del horizonte nuestro los extremos.
Cinco lunas renacen y decrecen,
con la luz por debajo de la luna
desde el gran paso en que los mares crecen,
cuando aparece una montaña bruna

por la larga distancia, levantada
cual hasta entonces no era vista alguna.
¡Oh, alegría que en llanto fue trocada!
Que de la nueva tierra un torbellino
bate la proa la nave tormentada.
Tres vueltas le hace dar en remolino;
sube la popa al enfrentar la tierra,
baja la proa, y el querer divino
al fin el mar sobre nosotros cierra.
La cita puede parecer demasiado larga pero debe entenderse como un veloz homenaje al que fue el mejor lector del autor de las Églogas. Pero, también puede encontrar justificación en que nos reitera el destino marinero del héroe homérico. Que no murió bajo techo y los cuidados de Penélope, sino en el cerúleo Atlántico, cuando “infin che ‘l mar fu sovra noi richiuso”.
Ulises, como todos los grandes héroes, es una metáfora de la vida de su tribu. Su aventura es la misma de Grecia. De su expansión imperial surcando el anchuroso techo de la ballena. Hacia el este, hasta Asia menor y el Mar Negro. Hacia el oeste hasta Sicilia y más allá, España, siguiendo las rutas de los mercaderes fenicios. La historia de Grecia encuentra mejor expresión en la Odisea que en todas las historias de sus historiadores. El mar es circular, como el de la mentalidad primitiva. Y no de otra forma es el recorrido de Ulises, circular. Que fue siempre la estructura de la épica. Gilgamesh sale en busca de la inmortalidad y regresa, tan mortal como antes, a su lugar de origen. El hijo de Alertes lo mismo. Con desconfianza sale de Ítaca para regresar, veinte años después, pero envenenado por el veneno de la aventura marinera. Su destino es el de Grecia, su patria-tierra, y hay que buscarlo en los surcos retorcido del vinoso ponto.
Si ahora volvemos al héroe de Virgilio después de la tormenta eólica, lo encontramos en tierras libias a donde fue a parar con sus blancos huesos. Libia es Cartago y en Cartago gobierna Dido, la hermosa reina africana. No es el tema de estas páginas, pero podríamos aventurar que al hablar de la soberana cartaginesa, Ulises tuvo presente a la otra reina africana, a la Cleopatra Tolomeo. Eneas y Dido son Antonio y Cleopatra si Antonio hubiese sido más sensato. La simetría es sugerente. Ambas reinas fueron formidables gobernantes de potencias terrestres. Y ni Antonio ni Eneas alcanzaron fama como almirantes de la mar Oceanía. De modo que tenían que sentirse a sus anchas ambos comandantes en aquellas geografías tan poco comprometidas con los avatares del mar. Esto explica, con la hospitalidad y nobleza de Dido, la renuencia de Eneas a seguir un destino que, inexorablemente, lo llevaría de nuevo a hacerse a la mar de encontradas corrientes y sumergidos valles:
Durante todo el invierno, tan largo como fuere, solazábanse
en blanduras, olvidados de sus reinos (Eneas y Dido),
cautivos de torpe deleite.
Pero, como se sabe, son mezquinos los dioses con la felicidad de los hombres. Somos sus juguetes, se quejaba Sófocles. Y no van a prolongar tanta armonía en la vida del prudente Eneas. Quien recibirá la visita del dios alado para recordarle que su proyecto existencial no es gobernar Cartago sino fundar Roma, nada menos, para lo cual tendrá que cruzar esta vez, no de este a oeste, sino de sur a norte el Mediterráneo, en los leños restaurados después de la “fiesta” de Eolo. “No por mi voluntad voy a Italia”, son las cortas palabras con las que trata de justificar su decisión de marcharse. Pero, en esta segunda huida, Eneas cuenta con el favor de los dioses. Al menos es lo que le insinúa el inmortal mensajero en una nueva aparición: “¿No oyes cómo alientan los céfiros favorables? ¿Por qué no precipitas la fuga mientras la puedas precipitar? Entonces,! no más demoras!” Y el héroe se lo hace saber a su tripulación, que, por lo demás, no parece haber tenido en Cartago la misma suerte que su capitán: “Despierten, remeros, de prisa a los bancos. Suelten velas prontamente, Un dios enviado desde el alto cielo, he aquí que de nuevo me insta a acelerar la fuga y cortar las retorcidas amarras. Navega con nosotros, ¡oh santo entre los dioses, senos propicio y enciende en el cielo favorables astros.”